Las representaciones abiertas de violencia y brutalidad tienen un impacto en el desarrollo de niños y jóvenes (Obtenga más información en nuestro artículo El juego de Calamardo: cuando los niños ven programas violentos). Todo tiene un efecto, y los juegos digitales no son una excepción. Los videojuegos con contenido de acción, artes marciales, estrategia bélica o simulación militar tienen un alto potencial de violencia y pueden abrumar a los niños, dependiendo de su etapa de desarrollo, edad y condición. Las representaciones de violencia o actos ficticios de violencia tienen un efecto perturbador, despiertan miedo o tienden a reforzar una visión del mundo amenazante. Las reacciones pueden ser muy fuertes, especialmente en los niños más pequeños.
Sin embargo, que una persona se vuelva violenta suele depender de varios factores, como la xenofobia, la violencia familiar o un estado mental inestable.
Por tanto, la pregunta de si los videojuegos inspiran a niños y jóvenes a cometer actos de violencia no puede responderse con un claro sí o no. Hay factores que influyen en el comportamiento que no se deben subestimar. Es útil saber cómo están estructurados los videojuegos y qué considerar:
La relación entre los videojuegos y la violencia es un tema complejo y controvertido que ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones. Hasta la fecha de corte de mi conocimiento en septiembre de 2021, la mayoría de los estudios no han encontrado una conexión directa entre jugar videojuegos y volverse violento.
Es importante tener en cuenta que la violencia es un fenómeno multifactorial que puede estar influenciado por diversos factores, como el entorno familiar, el contexto social, los antecedentes personales y la salud mental. Los videojuegos son solo una de muchas influencias en la vida de una persona y no son la única causa de la violencia.
La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) ha declarado que no hay pruebas concluyentes que demuestren una relación causal entre los videojuegos violentos y el comportamiento violento en la vida real. Sin embargo, también reconocen que los videojuegos pueden tener un impacto en la forma en que las personas piensan y se comportan, especialmente cuando se juegan en exceso o por individuos que ya tienen factores de riesgo de agresión.
Es importante que los padres estén atentos a los contenidos de los videojuegos que juegan sus hijos y asegurarse de que sean apropiados para su edad y madurez. También es importante establecer límites de tiempo para el juego y fomentar el equilibrio con otras actividades, como el estudio, el ejercicio, la interacción social y las actividades al aire libre.
En última instancia, el comportamiento violento es un problema complejo que requiere un enfoque holístico y la atención a múltiples factores. Los videojuegos pueden ser una forma de entretenimiento y diversión, pero es esencial que los padres estén involucrados y guíen a sus hijos en el uso responsable y adecuado de los mismos. Mantener una comunicación abierta y estar atento a los cambios de comportamiento en los niños es fundamental para entender cómo los videojuegos pueden afectarlos y cómo pueden abordarse cualquier preocupación potencial.
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