El trastorno del juego es reconocido como una enfermedad por la OMS

 



La Organización Mundial de la Salud ha actualizadoClasificación Internacional de Enfermedades CIE-11 introduciendo entre las enfermedades el llamado «trastorno del juego». El trastorno se define como el uso excesivo o compulsivo de la computadora o los videojuegos que interfiere con la vida diaria. La decisión de la OMS ya ha provocado discusión y confusión, dividiendo el campo de expertos en pros y contras. Kenichiro Yoshida, CEO de Sony, el fabricante de la Playstation, lanzó un declaración se compromete a dirigir el asunto a la agencia de noticias Kyodo News.

Pero antes de abordar las distintas posiciones en juego en las siguientes publicaciones, aclaremos qué es ICD 11 y para qué se utiliza.

Esta es la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades, Traumatismos y Causas de Muerte, una clasificación de enfermedades y problemas relacionados compilada por la Organización Mundial de la Salud. El ICD se utiliza como una herramienta para estudios estadísticos y epidemiológicos para identificar estadísticas y tendencias de salud en todo el mundo. El número al lado indica las actualizaciones: estamos en el undécimo.

El documento está compuesto por más de 55.000 códigos que ayudan a los profesionales de la salud a compartir información sobre enfermedades y causas de muerte en todo el mundo y permiten actuar para prevenir el sufrimiento humano. Por lo tanto, es una herramienta importante para proteger la salud y obtener cobertura médica para el tratamiento de enfermedades de las compañías de seguros.

Sí, tienes razón. El trastorno del juego (también conocido como "trastorno del juego en línea" o "adicción a los videojuegos") ha sido reconocido oficialmente como una enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En mayo de 2019, la OMS incluyó el "trastorno del juego" en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como una condición médica.


Según la CIE-11, el trastorno del juego se caracteriza por un patrón persistente o recurrente de comportamiento de juego que toma prioridad sobre otros intereses de la vida, llevando a una pérdida significativa de control y afectando negativamente las áreas personal, familiar, social, educativa o laboral del individuo.

Para que se considere un trastorno del juego, la persona debe mostrar patrones de comportamiento de juego desadaptativo y recurrente durante un período de al menos 12 meses. Sin embargo, la duración específica requerida puede variar según la gravedad de la situación.

Es importante destacar que el reconocimiento del trastorno del juego como una enfermedad por la OMS no significa que todos los jugadores sean susceptibles de desarrollarlo. La mayoría de las personas que juegan videojuegos no desarrollan problemas de adicción. Sin embargo, para aquellos que presentan síntomas de trastorno del juego, es crucial buscar ayuda y apoyo profesional para abordar el problema.

Como mencioné anteriormente, los padres deben estar atentos a las señales de que sus hijos podrían estar teniendo dificultades con el juego, y es fundamental establecer límites y supervisión adecuados para prevenir problemas de adicción. Si un niño muestra signos de trastorno del juego, es importante buscar ayuda de profesionales de la salud mental que puedan proporcionar el apoyo y la intervención necesarios.

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