No es extraño que busques puro entretenimiento cuando juegas, entonces, ¿qué podría ser más emocionante que intentar ganar un partido en línea en Fifa o obtener más adrenalina que completar una misión en Resident Evil?
El componente lúdico, sin embargo, puede ir acompañado del educativo, sin perder nada en cuanto a entretenimiento y ligereza. En los últimos años, los principales fabricantes de videojuegos no han permanecido indiferentes ante importantes debates, como el ecológico. Se han creado una serie de videojuegos precisamente sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible, para permitir a los jugadores combinar la diversión innegable con la información y el aprendizaje de nuevos conocimientos sobre estos temas actuales y urgentes.
Uno de los primeros videojuegos ambientales se produjo en 2006, cuando la BBC dio vida al Desafío Climático, un videojuego para concienciar a los jugadores sobre el problema del calentamiento global. El jugador asume el papel del presidente de la Unión Europea y se enfrenta a varios aspectos de la crisis ecológica, a los que tendrá que enfrentarse uno a uno para conseguir su objetivo de juego: reducir las emisiones de CO2.
Siguiendo el mismo modelo que Climate Challenge, en 2011 Red Redemption desarrolló The Fate of the World, un videojuego sobre el calentamiento global que también involucró a algunos investigadores de la Universidad de Oxford en su creación. Como en el juego diseñado por la BBC, el objetivo es reducir las emisiones de CO2, el jugador que, además de tomar las decisiones correctas, también debe tratar con la opinión pública, cuya aprobación es fundamental. De hecho, un porcentaje demasiado pequeño de personas favorables podría incluso costarle la expulsión de las regiones en las que opera.
bloque de barrio es, en cambio, un videojuego desarrollado por Plethora Project y publicado por Devolver Digital en 2017. El juego invita a los jugadores a construir un entorno basado en estructuras extraídas de un catálogo de más de 200 bloques. El entorno creado por el jugador deberá mantener un equilibrio ecológico y cada bloque elegido podrá producir diferentes recursos. Si personas y animales comienzan a poblar el entorno, significará que el jugador ha hecho un gran trabajo, por el contrario, si el entorno no es muy ecológico, los bloques se deteriorarán lentamente.
Un ejemplo final de un videojuego ambiental es Beyond Blue, lanzado más recientemente en junio de 2020 y desarrollado por E-Line Media. El videojuego de aventuras lleva al jugador a explorar el fondo del océano y la vida marina a través de numerosas misiones para completar. La intención de los productores es, además de proponer un videojuego que se pueda apreciar por su componente lúdico, dar a conocer el problema de los océanos y sus especies en peligro, hoy más vigente que nunca. De hecho, uno de los creadores afirma: «Pensamos que sería interesante ambientar el juego en un futuro próximo, no tanto para diseñarlo, sino para invitar a los jugadores a participar imaginando lo que tal vez ser realistas sobre el futuro de nuestro océano”.
Estos son solo algunos ejemplos, pero los videojuegos centrados en cuestiones ambientales son numerosos. La esperanza es que esta categoría de videojuegos, que, como hemos visto, no encabeza las listas de los videojuegos más utilizados, se desarrolle y crezca con el tiempo.
Porque la información y educación ambiental no pasa sólo por los documentales o reportajes que brindan los medios de comunicación. Hoy existe otra posibilidad concreta para aumentar la conciencia y la capacidad de discernir y actuar sobre los problemas ambientales: divertirse con un videojuego.
0 Comentarios